Las Islas Seychelles se podrían definir como el paraíso; playas de arena coralina blanca, mucha vegetación y 24C todo el año, por el día y por la noche. ¿No es perfecto?
El hotel en el que estuvimos también era una maravilla... Se llama Constance Ephelia.
Era muy típico tomar té helado con sabor gengibre, limón o lemon grass. ¡Buenísimo!
En las islas viven tortugas y se las puede dar de comer. La de la foto es una cria pero había tortugas más grandes que yo. Las chanclas que llevo en la foto las di el día de la boda para que las invitadas estuvieran más cómodas sin los taconazos.
Cuando había alguna boda o una pedida de matrimonio preparaban un arco de flores precioso, ¡qué romántico!
Es muy divertido hacer snorkel, hay muchísimo coral y una variedad de peces de colores enorme.
Lo único que me gustó para comprar en Seychelles fueron unos bolsos con materiales reciclados.
Mi pijama de La Perla para mi honeymoon... más corto por delante que por detrás. ¡Me encanta!
Aquí os dejo uno de los modelitos que usé para salir a cenar una de las noches: vestido de Magnolia Trendy (ahora al 70%, solo 36), pulsera de Papallona y alpargatas de Casa Hernanz.
http://www.magnoliatrendy.com/
Después de unos días en las Seychelles te recuperas del todo de la boda y de los madrugones de los safaris y las excursiones en el Sur de África, que por cierto, todavía os tengo que contar...
Mañana diremos los nombres de las ganadoras del sorteo de las pulseras de Wishbone Jewel, ¡mucha suerte a todas las participantes!
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